jueves, noviembre 23, 2006

Nuestros cinco Héroes son INOCENTES.

Esta ciudad alucinante que es Miami


Gracias a la contrarrevolución cubana Miami ha devenido en ser una ciudad alucinante, que según un respetado diccionario de nuestra lengua, también significa “una cosa que causa terror”. Pero Miami no sólo causa terror sino que también por décadas ha causado el terror. El terror obra del terrorismo. Por décadas Miami ha sido fuente del terrorismo y de terroristas contrarrevolucionarios. Aunque por sí sola la contrarrevolución cubana en Miami hubiese sido incapaz de haberlo logrado. Ha sido precisa la iniciativa y constante colaboración de los servicios de inteligencia y contrainteligencia de Estados Unidos para lograrlo.

Aquí como en un gran bazar de lo increíble, todo pasa. Miami es encrucijada de lo peor que los gobiernos de Estados Unidos proponen y ejecutan en contra de Nuestra América, sobre todo en contra de Cuba. Aquí la gente sabe, sino todo, sí mucho de lo que pasa, y entonces cuando a las autoridades competentes o la prensa miamense se le antoja poner al descubierto algunas de esas cosas lo que sorprende no es lo que se pone en evidencia sino el porqué se ha decidido ponerlo en evidencia.

Miami es un circo de mil pistas. Recientemente algunas de esas pistas tuvieron que ver precisamente con los terroristas del patio. Los terroristas, que aún en plena Cruzada Mundial contra el Terrorismo, aquí se estiman --por los que mandan-- como los “terroristas buenos”.

En una de esas pistas se decidió el caso de los terroristas cubano americanos Santiago Álvarez y Osvaldo Mitat. Casualmente el 11 de septiembre pasado – a cinco años de los hechos terribles de aquel otro 11 de septiembre en Nueva York--, la fiscalía federal anunció que había llegado a un acuerdo con Álvarez y con Mitat a los que se les había confiscado, hace año y pico en Miami, un arsenal de cientos de armas y explosivos, incluyendo ametralladoras y otras armas con sus números de serie borrados, lanzagranadas y grandes cantidades de explosivos plásticos. Por este delito estos dos terroristas enfrentaban cargos que sumaban 50 años de cárcel cada uno.

Entonces, dos meses después, el 14 de noviembre pasado, se dio a conocer que en vez de 50 años de cárcel el acuerdo ofrecido por la fiscalía le permitiría cumplir sólo 4 años de cárcel a Álvarez y 3 años a Mitat (menos el tiempo que llevan detenidos), quienes se declararon culpables de un solo cargo de conspiración. Ahoritica mismo los tenemos de nuevo en la calle y volviendo a conspirar para cometer otros crímenes terroristas, como hacen impunemente todos los otros como ellos, sus consortes.

Pero como si esa parte del show fuera poco, al dictar el acuerdo, el juez de Distrito Federal, James Cohn, contestando a la afirmación de los abogados de la defensa que sus clientes “eran patriotas y no delincuentes”, dijo: “Este Tribunal reconoce que los propósitos y el objetivo fundamental del señor Álvarez y del señor Mitat siempre ha sido una Cuba libre y democrática. Este Tribunal no cuestiona su motivación altruista. Sin embargo…somos una nación de Derecho”.

O sea, el Tribunal entiende que utilizar el terrorismo contra el pueblo cubano, causar muerte y desolación en Cuba por estos criminales, es una motivación altruista, digna de respeto y elogio. Y como colofón a esta farsa el juez federal cínicamente agrega “Sin embargo… somos una nación de Derecho”.

Mientras, en otra de las tantas pistas de este circo que es Miami, hace pocos meses un grupo de seis inmigrantes haitianos y un afro americano, con gran fanfarria de la prensa local y nacional, incluyendo una intervención televisiva en directo del Fiscal General federal, fueron acusados de ser un grave peligro a la seguridad nacional por haber estado conspirando, instados por un agente del FBI, para supuestamente destruir el edificio Sears en Chicago.

A estos supuestos terroristas no se les encontró una sola arma ni hubo indicio de un plan en firme para lograr su supuesto objetivo. Pero, claro, éstos no son considerados ser “terroristas buenos”. Si hubiesen sido de los buenos terroristas su motivación hubiese sido considerada altruista y digna de respeto y elogio, y no hubiesen sido considerados un peligro para la seguridad nacional…

Como, también, en otra de las pistas de este alucinante circo que es Miami hace cinco años se enjuició arbitrariamente y se condenó a cadenas perpetuas y a otras largas condenas a nuestros Cinco compatriotas: Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González, acusados falsamente de cometer espionaje en contra de Estados Unidos, cuando todo el mundo sabe que los Cinco tenían la misión de infiltrar, aquí en Miami, las organizaciones terroristas de la extrema derecha cubano americana para así saber de sus planes y frustrarlos.

Pero, claro, esas son las organizaciones criminales de los “terroristas buenos”, y como de manera precisa expresara el juez federal James Cohn, las motivaciones de estos terroristas son altruistas y, por lo tanto, dignas de respeto y elogio.//