lunes, julio 31, 2006

Nuestros cinco Héroes son INOCENTES.

Niña cubana reclama por su padre preso en EE.UU.

"¡Qué terrible daño le han hecho a esta niña que sólo pide conocer a su papá! Pero la historia de Ivette forma parte de un pueblo heroico que nunca ha bajado los brazos ante la injusticia".
Así se expresó Estela Carloto, presidenta de Madres de la Plaza de Mayo, durante la conferencia La mujer en la defensa de los derechos humanos, tras escuchar a la pequeña hija de René González, uno de los cinco cubanos presos en Estados Unidos por combatir el terrorismo.
El acto tuvo lugar en la Pontificia Universidad Católica de Río Grande do Sul, como parte de la actividades de la IX Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI).

La organización que agrupa a las abuelas y madres de desaparecidos en Argentina durante la dictadura militar (1976-83) invitó al podio a Olga Salanueva, esposa de René González, y a Magaly Llort, madre de Fernando González, dos de los cinco jóvenes cubanos encarcelados.
Ivette, la hija de Olga y René, pidió el micrófono y, con la sencillez de sus siete años, dijo a los presentes que ella solo quería pedirles que la ayudaran para poder ver a su papá; "Apenas le conozco", expresó y desató el aplauso y la emoción de los presentes.
Magaly leyó un llamado a esta IX Asamblea en el que explica las irregularidades del caso y expresa: "Hemos sido víctimas de otra violación más que, sin dudas, constituye una de las más injustas e inhumanas: la posibilidad de que nuestros familiares reciban visitas sistemáticas".

Y concluyó solicitando: "Sólo pedimos a las personas honestas y de buena voluntad en el mundo, unirse al reclamo de justicia por los cinco y exigir al gobierno de los Estados Unidos que permita que Adriana Pérez y Olga Salanueva puedan visitar a sus esposos".
Estela Carloto y Nora Cortiñas, otra de las madres de la línea fundadora del movimiento, relataron sus conmovedoras y enérgicas historias, y reconocieron el acompañamiento del CMI en sus más de 30 años de lucha.
Hablaron de cómo Madres de la Plaza de Mayo se ha convertido en un organismo que, además de denunciar y procesar los casos descubiertos en torno al tema, presta ayuda psicológica a víctimas de esta tragedia que, tras décadas, se han reencontrado con sus verdaderas familias.

Nora dijo: "No queremos venganza, queremos justicia", y relató que, en cierta ocasión, un periodista le preguntó a un militar de la dictadura quiénes eran aquellas mujeres con pañuelos blancos en la cabeza que paseaban por la plaza.
"El, sin pudor alguno, contestó que éramos locas. Sí, locas, pero locas de amor por restaurar la dignidad de nuestros hijos y nietos", remarcó.